El año pasado, en nuestra escapada anual a Vejer, nos dieron una mala noticia: por motivos tristes, el restaurante La Vera Cruz (una antigua y preciosamente restaurada capilla del S.XVI, es decir, un lugar mágico) había cerrado sus puertas…
Pero estamos convencidos de que alguien ahí arriba quería que semejante restaurante no cerrase para siempre y este año la Vera Cruz ha vuelto a abrir, y además ¡tuvimos la inmensa suerte de ser sus primeros clientes, con primicia absoluta!. Ya les dijimos a Pablo y Virginia (sus nuevos dueños, unos aventureros madrileños que se enamoraron de la costa de la luz) que les traeríamos suerte: cierto es que con su amabilidad y ese peazo de fichaje que tienen en la cocina la cosa va bien encaminada, porque lo cierto es que la Vera Cruz vuelve a ser un referente gastronómico en Vejer.
De la prolija y sabrosa carta, nosotros os podemos recomendar cualquier de sus carnes, también una hamburguesita de rica carne y bien presentada. Los pescados son también bárbaros, pero si os queréis decantar por una variedad autóctona os recomendamos la corvina, deliciosa. Como todo buen banquete, éste tiene que acabar con un buen postre, a saber: todo de rechupete, pero tanto el tatín de peras, la torrija o el fondant de chocolate os harán ver las estrellas.
En este caso, nos volvemos a mover por los 35/40 euros que puede salir la cena por cabeza (eso sí, siempre con un buen vinito), pero hay veces en las que es un placer gastarse el dinero…
¡Recordad, La Vera Cruz en la C/Eduardo Shelly, en nuestro querido Vejer, otro gustazo para el cuerpo!
