martes, 29 de noviembre de 2011

CUARTA PARADA. Tercer capítulo. De Papeete a Moorea.

Cuando nosotros planificamos nuestro viaje, todas las referencias que consultamos (foros de Internet, otros afortunados viajeros, etc) coincidían en lo mismo: si bien cuando aterrizas en Papeete (Tahíti) ya empiezas a flipar con lo que ves, además de que la propia isla de Tahití es muy bonita, lo mejor está un poco más allá del Océano, en otras islas de la Sociedad: Huahine, Raiatea, Tahaa… Bora Bora y Moorea. Todas estas islas rivalizan en belleza para llevarse el codiciado apelativo de “la perla del Pacífico” (que actualmente ostenta Bora Bora, por cierto), pero dado que las que mantienen una lucha más encrespada son precisamente Bora Bora y Moorea nosotros optamos por visitar estas dos últimas y ver si así podríamos emitir un voto por una u otra.
Por ello, nosotros no vamos a ser menos y os recomendamos que “no perdáis” más allá de un día para visitar Tahití y pongáis pronto rumbo a cualquiera de estas joyas que escojáis.


Además os recomendamos que visitéis Moorea, a parte de porque sabemos que no os arrepentiréis,  llegar desde Papetee es sencillísimo. Las dos principales opciones que existen son bien coger un avión, bien desplazaros en ferry desde el puerto de Papeete. La primera opción os llevará cosa de 10 minutos de vuelo, y la segunda media hora de trayecto además de ahorraos unos cuantos euros de más (el pasaje en ferry por persona viene a costar en torno a los 10 euros). Varias son las compañías que operan en este trayecto, pero sin embargo lo que os podemos recomendar es que vayáis al puerto y preguntéis directamente, ya que entre unas y otras los horarios están totalmente cubiertos y es cuestión de escoger la que más os interese.
Así que no os olvidéis, ya estáis en el paraíso y ahora sólo toca disfrutar, también de este trayecto y de las vistas tan maravillosas de la isla de Moorea que con las que os deleitaréis. ¡Ia Orana!

P.D. Un consejo más : si finalmente optáis por disfrutar de un día por Tahíti, bien porque os apetece bien porque no os queda más remedio si dependéis de horarios de vuelos de llegada o salida, una visita inexcusable que tenéis que realizar es al Mercado de Papeete. El ambientillo es muy chulo, tanto por dentro como por fuera, pero es que además viene al pelo para hacer esas típicas compras de recuerdos o regalos que no podéis dejar de hacer por nada de este mundo: sobre todo, visitad la segunda planta, allí encontraréis cientos de puestos de artesanía, desde collares y pulseras, pasando por pareos, figuritas talladas en madera, máscaras tahitianas, nácar, etc, hasta los famosos ukeleles a muy buen precio (una vez de vuelta en casa, no tendréis más que hacerlo sonar un día triste y gris para que volváis a sonreír, ¡garantizado!) 

martes, 15 de noviembre de 2011

CUARTA PARADA. Segundo capítulo.

Como os hemos comentado, quizá esta fuera una de las paradas de nuestro viaje de novios que más nos impresionó: realmente llegamos a considerar que estabamos en el paraíso, como lo oís, y si no fuera por lo que puede llegar a tirar la tierruca (como diría aquel que no quiero ni mencionar…) y la familia, a buen seguro hubiéramos dejado todo atrás para quedarnos a vivir en el paraíso, precisamente.
Pero bueno, sin ánimo de ponernos demasiado metafísicos, vamos a comenzar a daros algún que otro dato que os pueda resultar de interés.
Lo primero de todo se trata de cómo llegar, obviamente. En toda la Polinesia Francesa el único aeropuerto que recibe vuelos internacionales es el Aeropuerto Internacional de Papetee, que tampoco os vayáis a pensar que es un peazo aeropuerto, vamos, que se parece más al aeropuerto de Santander que otra cosa…. Pero bueno, los aviones aterrizan, que es lo que nos importa!



Varias, aunque poquitas, son las compañías que operan en Papeete, bien ellas mismas o a través de convenios. Las dos principales, las autóctonas podemos decir, son Air Tahiti y Air Tahiti Nui, aunque también nos encontramos con otras con mucho peso con Japan Airlines, Quantas, LAN, Air France o, la nuestra, Air New Zealand. De todas formas, para volar desde España a la Polinesia, sea cual fuere la compañía escogida, es cierto que al menos una escala (normalmente en EEUU, principalmente en Los Ángeles) no te quita nadie, pero bueno, en esto de los vuelos las combinaciones pueden ser realmente infinitas!

Y una vez que tocas suelo tahitiano mientras un buen hombre recibe a los turistas tocando el ukelele y una buena mujer agasaja a todos los recién llegados con una tiaré (esa flor blanca que tan bellamente Gauguin inmortalizó en sus cuadros), entonces es cuando te das cuenta que sí, que estos chicos del blog llevaban razón y efectivamente estás en el paraíso, ayyyy…

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