

Desde que estamos viviendo en Madrid, una de las cosas que más hemos escuchado a nuestro alrededor es que por el norte llueve demasiado, y hace frío (vamos, incluso en agosto!! :-)
Y nada más lejos de la "realidad" que muestran nuestros hombres y mujeres del tiempo por la tv. El Cantábrico es una de las joyas más maravillosas de toda la geografía española.
Sus costas, entre exquisitas playas y acantilados abruptos; un mar con auténticas olas y vivas mareas, y unos pueblos y ciudades auténticos. Desde la zona más oriental, Guipuzcoa hasta la más meridional, por tierras gallegas, pasando por las costas cántabras y asturianas.
De entre todos estos lugares, la costa cántabra es la que más conocemos.
Santander, su capital, es una ciudad que vive el mar. "La joya de la corona" se encuentra a los pies del Cantábrico, el Palacio de la Magdalena y la Playa del Sardinero. Una buena elección para hospedarse y disfrutar de esta ciudad es el
Hotel Silken Río Santander, justo al lado del Gran Casino (¿os acordáis de la película Airbag?...) Se encuentra estratégicamente situado en la zona del Sardinero, en cuya playa podremos pasear con tranquilidad, donde mirar al horizonte es ver la lucha de los grandes barcos con las feroces olas, donde al girar la vista a la izquierda se puede ver enriscado el faro de la ciudad, y al girar la vista a la derecha, disfrutar del Palacio de la Magdalena.
Y un último punto más que favorable para acercarte esta Semana Santa: Santander se encuentra ubicado en el centro de la costa Cántabra. Esto supone dos cosas: está equidistante de las dos puntas de la comunidad (Castro-Urdiales y San Vicente de la Barquera) y también equidistante de las dos puntas del Cantábrico (tierras gallegas y vascas).
¡¡Atrévete y disfruta por una vez de unas vacaciones en la costa del Cantábrico!!