jueves, 15 de septiembre de 2011

CAPÍTULO QUINTO. La reserva termal de Te Puia.

De vuelta con nuestra excusión en nuestro superautobús de lujo con los chicos de City Discovery dejamos atrás a las pobre ovejitas nuevazelandesas y pusimos rumbo a la reserva termal de Te Puia, un lugar precioso.



Te Puia no se trata de un lugar turístico sin más, es un lugar sagrado para los maoríes que también alberga un instituto de investigación y promoción de la cultura maorí. Este lugar tan especial sirve al visitante para recibir una explicación de primera mano y conocer algo más de esta cultura ancestral (según nos explicaron, algunas teorías sostiene que los orígenes del pueblo maorí se encuentran en el pueblo español, ala…), que mezcla lo divino y lo mortal en ese gesto tan guerrero y agresivo que ofrecen al visitante como muestra de respeto y bienvenida. Así que, sí, tuvimos la suerte de presenciar algunos de los típicos bailes maoríes, tipo los que hacen los All Blacks al empezar sus partidos y que acojonan un poquito, con perdón… Pero lo cierto es que esta visita nos gustó mucho, tanto que ¡al final picamos y compramos un montón de máscaras y objetos maoríes para la familia, es que son muy bonitos…!
También os diremos que en la reserva termal podréis además admirar tremendos geysers (sin acercarse demasiado, eso sí), y puede que alguno por allí pueda “oler a George Bush” (es que olía mucho a azufre, digo…), sin olvidarnos del pajarito kiwi, que de vez en cuando regala su preciada presencia a los curiosos visitantes.

Pues hasta aquí llegamos con nuestras propuestas contrastadas y muy recomendables para la isla norte de Nueva Zelanda. Sabemos que nos quedaron un montón de ellas por hacer, pero esas las dejamos para próximas ocasiones, y es que nos fuimos de aquel país sabiendo que algún día volveríamos… ¡Kia Ora, Aotearoa!





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