lunes, 10 de agosto de 2009

Hong Kong. Capítulo 4. Mini-ruta gastronómica.

Bueno chicos, a algunos probablemente se os estuviera haciendo la boca agua con parte de nuestra aventura mundial, y como Hong Kong toca su fin (por nuestra parte y sólo de momento...) hemos decidido cerrar nuestra épica visita con otra parte que nos chifla, la gastronómica (¡cómo no...!)

Cierto es que demasiado no os podemos aconsejar puesto que tan sólo anduvimos por aquellas tierras un par de noche, pero ello no quita para que os podamos dar un par de buenos consejos.

En primer lugar, os animamos a que desaparezcan de todas las cabezas falsos tópicos con respecto a la comida “china” porque: A) no tiene nada que ver con la que conocemos en España y, B) para nada están todo el día comiendo bichitos (bueno, nuestro buen amigo Michael se extrañaba cuando en España devoramos el pulpo, cada uno tiene sus bichitos), más bien es una comida cada vez más elaborada, cosmopolita y abierta al mundo, como ocurre con las cocinas de todos los países.

Si os pillara de paso o os apetece acercaros, os sugerimos que visiteis el restaurante del hotel donde estuvimos alojados, el Hotel W Hong-Kong, con cada uno de sus dos peazo de restaurantes. El restaurante Kitchen se encuentra en la planta 6 del hotel, junto a la recepción, pero dispone de unos fantásticos miradores a los muelles de carga del puerto de Hong Kong y sus astilleros, toda una chulada. Además, podrás incluso sentarte a cenar en la mesa junto a la cocina, literal, mientras el cocinero se dedica a lo suyo. Por su parte, el restaurante Fire, este en la planta baja del edificio del hotel, suple el hecho de no tener vistas con una decoración bastante sibarita y moderna. En ambos, platos exquisitos con productos locales, pero con exquisitos toques ya presentes en la cocina internacional.

Ahora bien, si vais a Hong Kong daros el enorme placer de comer o cenar en uno de los mejores restaurantes de toda la ciudad y con unas vistas más que espectaculares. El restaurante Aqua Hong Kong se encuentra situado en la planta 29 y 30 de uno de los edificios que miran al puerto en la Pekin Road, 1 (totalmente céntrico, al lado de Nathan Road y del puerto), creemos que el único tan alto de la ciudad, increíble e impactante.

De ambiente igualmente sibarita, merece la pena gastarse unos euros (o dólares de Hong Kong) por semejante homenaje gastronómico. El servicio es exquisito (en realidad, todos los chinitos hongkoneses nos trataron de maravilla), puedes degustar incluso platos italianos, pero recomendamos encarecidamente que os decantéis por los platos de pescado y maricos de la zona (carta Aqua Tokyo). Para chulear un poco, nosotros tuvimos la inmensa suerte que durante nuestro paso por Hong Kong, el chef del restaurante era temporalmente Alberto Hernández, español, y discípulo entre otros de Adriá. Un genio el tío, aparte de simpatiquísimo, nos atendió personalmente, nos explicó la carta entera (necesario para nosotros... ) y nos preparó el estupendo menú desgustación, ¡¡¡¡ de chuparse los dedos ¡!!

Un pequeño consejo: pedir a la gente del hotel donde os alojéis que os reserven mesa, suele estar bastante lleno.

Tod Tse a Alberto, a chinito hongkones majo majete fan de Fábregas, al otro chinito que nos ayudó por la calle, al chinito-tú botones de nuestro hotel, a nuestros hermanos por su regalazo... ¡Gracias por dejarnos conocer Hong Kong! ¡Volveremos!

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